Está claro que vendedores veteranos y compradores veteranos opinarán siempre cosas diferentes.
Como comprador aseguro que una subasta es una cacería:
mejor no despertar la liebre antes de tiempo, apuntar bien, vigilar el escenario y a los participantes, y, como en el poker, jugarselo todo a la última carta si de verdad se quiere ganar la presa.
El subidón del último segundo es genial.
El vendedor, por supuesto y en su derecho, querría que la gente pujara hasta el infinito (y más allá) pero... alguna vez tendrá que ganar también el comprador, no? O creerselo, al menos.
En Japón hacen continuar la puja cinco minutos más (o veinte, ahora no recuerdo) si hay una puja en los últimos minutos y eso es un sindios.
Nada de juegos amañados, estás en la subasta o no estás.
Para seguridad y precios fijos, los centros comerciales.
A cazar, malditos....