Yo siempre creo en la buena fe del consultante y que se expresa con sú verdad y por ello, procuro no elucubrar.
Casi siempre nos falta la versión de la contraparte y los elementos probatorios de los hechos que se exponen, por ello, nuestras opiniones se ofrecen siempre con insuficiencia cognoscitiva, basadas exclusivamente en dar por buena la certeza de la proposición.
En otras palabras, lo que aquí expresamos tiene el valor que tiene y, por supuesto, quien nos lee debe saber que lo que decimos es siempre según nuestro leal saber y entender pero, en ningún caso, se nos ha de conceder suficiente fiabilidad, exactitud, exahustividad, veracidad ni mucho menos licitud.
Solo pretendemos ayudar al que en un momento se encuentra confuso, ofreciéndole criterios de juicio adicionales para que, en su caso, tome decisiones con más información. Esta al menos, es mi filosofía al respecto.;\
