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Pues eso, quiero hacer como waterpets, el usuario americano que consiguió un hilo record con un millón de respuestas en los foros de USA en el 2005, desgraciadamente ya borrado. Sería una forma de pasar a la posteridad, asi que ayudarme, podéis escribir de cualquier cosa.
JR, ¿has pensado la posibilidad de conducir tú mismo el camión? Te ahorrarías un montón de pasta.
JR, ¿has pensado la posibilidad de conducir tú mismo el camión? Te ahorrarías un montón de pasta.
Ya, pero no puedo porque le usan para desplazarse al puesto de trabajo, y sería una lata tener que llevarles y luego ir a buscarles.
Este hilo empieza a NO gustarme.
Ni a mi, pero bueno punto hay que entender que algunos compañeros parece que viven un un mundo diferente, de todas formas hay que ser tolerante con ellos, son compañeros foreros y aunque pensemos que sus fantasías de margaritas y empressarios malvados que explotan a los pobres trabajadores no se corresponden con la realidad tenemos que respetarlos.
Pues a mi sí me gusta el hilo (y no es porque lo empezara yo). Pocas veces he tenido ocasión de ver escritos los pensamientos de gente con posibilidad de contratar a los demás (empresarios). Yo siempre he estado en el lado del contratado y esas cosas las había oido, en concreto incluso diciéndomelas a mi, pero bajito, como si supieran que decían cosas feas. Recuerdo por ejemplo una de las primeras veces que me contrataron que el jefe me dijo durante la entrevista (textual): "aquí el convenio nos lo pasamos por el forro de la gabardina", ante la sonrisa cómplice del representante de la empresa de selección de personal. El caso es que trabajé allí pero por lo menos no me pasó como a mis compañeros que al poco tiempo les hicieron firmar otro contrato perdiendo su antiguedad para poder cobrar una subvención. Yo de aquella era muy ingenuo y cuando los compañeros de trabajo decían que había que currar mucho para que el jefe pudiera cambiar de coche me los tomaba a broma. Pero no tuve problemas porque claro, yo era un trabajador modélico que por vivir todavía en casa de mis padres cualquier sueldo que cobrase era como para mis vicios y no me importaba quedarme más horas después de la jornada, solucionar los marrones de otros o no protestar porque no nos dieran lo que nos habían prometido. Años después, ya rodado en otros trabajos, comprendí que yo era un buen empleado en aquel trabajo no por mis capacidades ni por mi rendimiento, (la famosa competitividad que dicen ahora), si no precisamente por eso: por ser tan tonto de no protestar por nada y de conformarse con un mísero sueldo no necesitando más al vivir en casa de mis padres y poder decicarlo todo a vicios, lo que se resume en una palabra mágica que al final es lo único que importa para que te contraten: ser joven.
